Un estudio español demuestra que
existen ciertas figuras literarias, como el oxímoron, que producen en el
área frontal izquierda del cerebro una actividad muy intensa. Os preguntaré qué
es eso de oxímoron. Pues bien, se trata de una figura literaria, frecuentemente
empleada en poesía, consistente en combinar dos palabras que posean
significados opuestos o contradictorios para formar una expresión de sentido
diferente. Seguramente os sonarán algunos ejemplos como: instante eterno, dulce
amargura, muerto viviente...
Este concepto proviene del
griego: oxymoron (oxys, agudo; moron, estúpido).
Puesto que el significado literal
de un oxímoron es absurdo, se fuerza al lector a que lo interprete
metafóricamente.
Borges definió el oxímoron
de la siguiente manera en "El Zahir" ("El Aleph,
1049");
"En la figura que se llama
oxímoron, se aplica a una palabra un epíteto que parece contradecirla; así los
agnósticos hablaron de luz oscura, los alquimistas de un sol negro. Salir de mi
última visita a Teodelina Villar y tomar una caña en un almacén era una
especie de oxímoron; su grosería y su facilidad me tentaron. ( La
circunstancia de que se jugara a los naipes aumentaba el contraste). Pedí una
caña de naranja; en el vuelo me dieron el Zahír; lo miré un instante; salí a la
calle..."
A continuación os dejo un poema en los que podréis identificar algunos ejemplos de esta figura literaria:
Rimas LXXIX
Sosiega un poco,
airado temeroso,
humilde vencedor,
niño gigante,
cobarde matador, firme
inconstante,
traidor leal,
rendido victorioso.
Déjame en paz,
pacífico furioso,
villano hidalgo,
tímido arrogante,
cuerdo loco,
filósofo ignorante,
ciego lince,
seguro cauteloso.
Ama si eres Amor,
que si procuras
descubrir, con
sospechas recelos
en mi adorado sol
nieblas oscuras,
en vano me
lastimas con desvelos.
Trate nuestra
amistad, verdades puras:
no te encubras,
Amor, si quieres celos.
Lope de Vega
También hay estudios que
corroboran que tanto los poetas como los políticos en sus discursos, han venido
utilizando desde tiempos pasados, las figuras retóricas para conseguir
convencer de sus ideas, valores y convicciones, debido a que así, logran atraer
en mayor medida la atención de quienes los escuchan.
Nicola Molinaro es el autor
principal del estudio, y afirma que "se activa la parte frontal del
cerebro y se emplean más recursos de lo habitual en procesar a nivel cerebral
ese tipo de expresiones".
Además, añaque que el resultado
de los experimentos llevado a cabo se ve relacionado "con la actividad que
requiere procesar la abstracción de figuras retóricas como el oxímoron, que
tratan de comunicar cosas que no existen".
Para los experimentos, Molinaro
creó listas de palabras innecesarias que añaden expresividad, y se las
mostraron a individuos de entre 18 y 25 años. Por medio del
electroencefalograma, se midió su actividad cerebral mientras las
procesaban.
Así pues, según los resultados
del experimento, cuanto menos natural es la expresión empleada, más recursos
requiere el receptor para procesarla en la parte frontal izquierda del cerebro,
que es un área relacionada íntimamente con el lenguaje que los seres humanos
tienen muy desarrollada si lo comparamos con otras especies.
Molinaro ya tiene en mente el
siguiente objetivo, que es estudiar las conexiones entre dos áreas del cerebro
que se hallan muy implicadas en el procesamiento del significado: el hipocampo
y el área frontal izquierda.
Leticia Castaño Pérez
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